PUEDEN PROSPERAR LAS LENGUAS INDÍGENAS EN ESTA ERA DIGITAL

 Jorge Alberto Paredes Coimbra

Docente

¿Por qué hablar las lenguas originarias?

 

 

Si no respiras, el aire no existe

Si no caminas, la Tierra no existe

Si no hablas, el mundo no existe.

 

Palabras de un anciano Navajo.

 

 

 

A través del mundo, hay más de 6 000 lenguas y entre ellas, el 96% son habladas solo por el 3% de la población mundial. En América del Sur, son 600 lenguas que todavía se hablan. Y como una lengua representa un reflejo de la cultura donde se practica, son 600 culturas diferentes que tienen sus propias especificidades.

 

Sin embargo, muchas de esas lenguas ahora están en peligro de extinción porque ya casi no se hablan, muchas veces solo en la casa, y no hay una transmisión de este patrimonio lingüístico de padres e hijos. Según varios estudios, se estima que más de 90% de las lenguas del mundo ya no existirán en el fin de este siglo.

 

Entonces, es necesario movilizarse para mantener, revitalizar o salvar nuestras lenguas originarias y guardar huellas de las diversidades existentes. El uso de las lenguas originarias permite preservar otro modo de vivir y hacer, otras maneras de pensar y ver el mundo que son propias a cada pueblo. Eso es toda la cultura. Cada lengua funciona como único testimonio del genio cultural del ser humano.  Así, cuando una lengua muere y ya nadie la habla, no solo se pierde informaciones lingüísticas, sino también es una perdida irremediable de conocimientos únicos sobre un plano cultural, histórico y del medio ambiente. Se pierden las palabras de los animales, de las plantas que solo existen en un lugar, se pierden los conocimientos de las medicinas naturales, se pierden los lugares sagrados. Las personas se olvidan de su historia, pierden sus raíces y su identidad étnica. ¿Qué nos queda de nuestros ancestros y quiénes somos y seremos sin ellos?

 

Aunque las lenguas dichas “internacionales” como el inglés o el castellano son muy prácticas porque permiten viajar, trabajar y conversar más fácilmente con todos, no sería lindo un mundo homogéneo desde un punto de vista lingüístico. Y si seguimos olvidando nuestras lenguas originarias, los idiomas más potentes van a reemplazarlas, es una riqueza que una vez perdida, ya no se podrá recuperar.

En América Latina, se hablan 420 lenguas indígenas distintas, de las cuales 103 son idiomas transfronterizos utilizados en dos países o más. De estos destaca el quechua el cual se habla en Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile Ecuador y Perú. (UNICEF 2016).

 

Del total de las lenguas amerindias que se hablan en la región, el 26% de ellas se encuentran en riesgo de desaparecer. Se calcula que casi una quinta parte de los pueblos ha dejado de hablar su lengua indígena en Latinoamérica. Según un reporte de la UNICEF de 2016, las áreas del Continente Americano más afectadas ya sea por los cambios causados al idioma por las estructuras sociales, económicas y/o educativas las encontramos en la Patagonia, Baja Centroamérica, Orinoquía y el Caribe Continental. Por el contrario, una de las zonas menos afectadas por la pérdida del idioma es Mesoamérica.

 

El desarrollo del idioma, en la era digital, es afectado por la agresiva variación de códigos culturales producido por el ritmo y el volumen acelerados en que es recibida y transmitida la información en todos los campos, así como los avances científicos y tecnológico, lo que provoca una escisión en el sistema social y en el equilibrio simbólico de la lengua, resultando en la deficiencia de los procesos de comunicación y de interacción social.

 

 

·        Ñane ñee oime guinoi mirata – nuestra lengua tiene poder

·        Jeseko ñanepirata yaiko – es la base de nuestro existir

·        Opama ñane ñee okañi yave – cuando desaparezcan nuestro idioma

·        Kaa jare ivipo reta opata kirirï – la naturaleza y la serranía se callarán

·        Outa mbae ipichiivae yaikuambaevae Kuri – después vendrá cosas raras inexplicables.

              

De acuerdo al Instituto Cervantes, son 470 millones de personas las que hablan el español como lengua materna y más de 21 millones de extranjeros lo estudia alrededor el mundo. El castellano, está asentando como la tercera lengua más usada en el Internet y la segunda en las redes sociales, aumentado su presencia en un 1.100% entre el período 2000 y 2013. 

 

En este contexto, ¿qué importancia tiene el fenómeno de la digitalización en el desarrollo de la cultura y el idioma? En esta trama ¿qué relevancia tienen las lenguas indígenas en cuanto a su mantenimiento y uso social? ¿Qué efectos tiene la digitalización en la homogeneización cultural y lingüística?

 

Los idiomas son parte fundamentales de las culturas. La desaparición de las lenguas implica pérdida de la comprensión del mundo y de la cosmovisión; pérdida de encuentro con otros “lo distinto”, pérdida de la comprensión de lo propio “del yo en mi propia cultura”, “mi existencia como parte de la cultura” lo que significa que no es suficiente la auto identificación identitaria o tener una adhesión a una cultura si no se aprende y no se habla su idioma, porque no garantiza el fortalecimiento y la revitalización de un idioma.

 

El avance de la tecnología y la incalculable información que se encuentra accesible en las redes sociales y el internet, nos permite intercambiar información y acercarnos a diversas formas de pensar y conocimientos de distintas culturas, sin embargo, este intercambio de información que puede ser muy beneficioso para el desarrollo de nuestros aprendizajes, deja muchas cuestionantes, sobre la vigencia y desarrollo de los idiomas y conocimientos de los pueblos indígenas.

 

“ Maerapa jae cheyeupe cheko Tëtaiguaete, echa aikua chereko ramo, cheyipi jare tekoveasa reta, echa mbaeti anoi yave, yavaiatei amokañita cherekoipi anoi guaranivae. Ayemboe iruve tekore, echa jokorai chemboe reta yemboerendape, amokañiteï cherekoipi Tëtape chemboevae.

Porque digo que soy indígena, es porque se de mi cultura, mis principios y valores, si es que no los tengo, fácilmente pierdo la esencia que tengo como guaraní y aprendo otra cultura, porque así me enseñaron en la escuela, los medios, pierdo la educación NO Escolarizada que me enseñaron en mi comunidad.

La educación debe partir desde el vientre de la madre, que empieza por KUÑA, la lengua y lo espiritual, si no la lengua se muere para siempre….

Fermin Bayanda Robles – Investigador y comunicador guaraní.

 

Tomando en cuenta los niveles de vitalidad de una lengua establecidos por la UNESCO (2009), niveles que se definen por dos criterios: a) trasmisión de la lengua de una generación a otra y, b) ámbitos de uso, podemos afirmar que el guaraní es una lengua vulnerable. Según la UNESCO una lengua es vulnerable cuando la mayoría de los niños hablan la lengua, pero su uso queda restringido solo a determinados ámbitos, que pueden ser el hogar y la familia (Ver Capítulo 2. apartado 4.). Según este informe la lengua guaraní en Bolivia, se halla en el nivel “Vulnerable”, es decir que la mayoría de los niños habla la lengua, pero su uso está restringido al ámbito del hogar y la comunidad

 

De acuerdo a los resultados del estudio sociolingüístico de las lenguas Guaraní, realizado por la Universidad Autónoma Gabriel Rene Moreno en coordinación con el Instituto de Lengua y Cultura Guaraní y la Asamblea del Pueblo Guaraní (2015), muestran que en el caso guaraní, la mayoría de los niños hablan la lengua y su uso se encuentra restringido principalmente al ámbito familiar y comunitario, siendo desplazado por el castellano de espacios como el mercado, los medios de comunicación, los centros de salud, las entidades estatales, la escuela y otros ámbitos. Por ello la lengua guaraní se encuentra en un nivel de vitalidad “vulnerable” y no “a salvo”. Tampoco llega al nivel de “serio peligro de desaparición” ni al nivel de “situación crítica”. Esto significa que tiene cierta debilidad y su pervivencia está amenazada.

 

Si no se implementan políticas y acciones de revitalización de la lengua en el corto y mediano plazo, su permanencia en las siguientes generaciones puede verse afectada.

 

Los guaraníes para defender, revitalizar, rescatar nuestra lengua debemos conocer su complejidad, su riqueza y desarrollar la conciencia lingüística, de lo contrario será muy fácil abandonar nuestro idioma. Marcia Mandepora – Socióloga guaraní.

 

La lengua guaraní en Bolivia según el Estudio socio lingüístico (2015) se mantiene fuerte en las comunidades con un 81% de hablantes. Tomando en cuenta las variedades dialectales, la más fuerte es la Isoseña con 97 % de hablantes, seguida de la variedad Ava con 90% de hablantes. Por el contrario, se muestra más débil la variante Simba con un 57% de hablantes.

 

En los barrios urbanos guaraníes de la ciudad Santa Cruz, el conocimiento de la lengua se muestra fuerte con un 75% de hablantes, esto a pesar del contexto castellanizante circundante.  Coincidentemente un estudio de APCOB (2014) sobre los indígenas urbanos en la ciudad de Santa Cruz establece que “…6 de cada 10 guaraníes declaran que el primer idioma aprendido es el guaraní…” (APCOB, 2014).  Este hecho puede entenderse como una necesidad de afirmar la identidad guaraní frente a un contexto no indígena dominante y diverso.

 

El guaraní se aprende mayoritariamente de 0 a 5 años en un 89%. El principal espacio de aprendizaje es la familia y en los primeros años de vida.  En muy bajo porcentaje 10% se aprende después de los 5 años.

 

El uso de la lengua guaraní es mayor cuando se habla con los abuelos en un 93%, luego con los padres en un 92%. Su uso se reduce drásticamente con los hijos a n 47 % y se incrementa el uso del castellano en un 28 % y el bilingüismo en un 25%.

 

Esto muestra que existe una disminución del uso del guaraní con las nuevas generaciones y se ha iniciado un proceso de bilingüismo con las mismas, situación que no se daba con los padres y los abuelos.

 

En el ámbito familiar, el guaraní se usa principalmente en las reuniones, en el trabajo, en la comida, luego en las fiestas y en la cocina.

 

El uso del guaraní fuera del ámbito familiar con maestros y servidores públicos es muy bajo, apenas llega al 20% y 7% respectivamente.

 

En el plano intrínseco y subjetivo se usa mayoritariamente el guaraní, se utiliza esta lengua para pensar, para dar cariño, para “retear", para hacer chistes y para soñar. Esto muestra la fuerza que tiene el guaraní en la dimensión personal e interna de los hablantes, en quienes está arraigada como parte de su personalidad y llega a expresarse incluso a nivel subconcientes en procesos como los sueños y otros.

 

En el marco de este análisis y tomando como referencia el Estudio sociolingüístico realizado con comunidades guaraníes del Chaco boliviano (2015), recogemos las principales recomendaciones, que nos pueden dar luces para el desarrollo de políticas y estrategias para la revitalización lingüística y cultura del guaraní hablado en Bolivia:

 

Políticas lingüísticas para la familia

 

·        Se deben establecer políticas para garantizar el aprendizaje en la familia y antes de los 5 años (escolaridad).

·        Deben realizarse talleres de sensibilización y concientización a padres y madres de familia para la trasmisión del guaraní a sus hijos menores de 5 años.

·        Es importante establecer programas de enseñanza y recuperación de la lengua destinados específicamente a los jóvenes utilizando como recurso las culturas locales juveniles.

·        Sería recomendable establecer estímulos e incentivos económicos, becas, bonos, priorización de proyectos productivos a través del Fondo Indígena y otros recursos a los padres y comunidades donde los niños menores de 5 años hablen guaraní asi también como a los jóvenes.

·        Podría establecerse por ejemplo un doble Juancito Pinto para los niños y jóvenes hablantes de guaraní.

 

 

Fiscalización al cumplimiento de las leyes

 

·        Se requiere una mayor incidencia de la Educación Intracultural, Intercultural y Plurilingüe en las escuelas y colegios en marco de la Ley de Educación 070, Artículo 7 (Uso de lenguas), Artículo 70 (Currículo regionalizado), educación socio comunitaria productiva.

 

·        En cuanto las instituciones públicas estatales es necesario el cumplimiento y la operativización de la Ley 269 de Derechos y Políticas Lingüísticas que establece que las lenguas originarias deben utilizarse en estos espacios y los servidores públicos deben utilizar, promover, conocer y capacitarse en la lengua originaria de la región.

 

·        Respecto de la los medios de comunicación oral, escrita y virtual la Ley 269 de Derechos y Políticas Lingüísticas también establece que los mismos deberán incorporar espacios de difusión sobre la diversidad lingüística.

 

·        El ILC guaraní, el IPELC y la APG deberían ejercer un rol fiscalizador del cumplimiento del marco jurídico establecido para el uso de las lenguas originarias en las instituciones públicas (municipios, justicia, salud, educación, etc.). Deberían exigir, dentro de su territorio, a toda institución pública un programa de fortalecimiento y promoción del guaraní.

 

·        ILC Guaraní debe elaborar en forma conjunta con los municipios políticas lingüísticas municipales, planes de recuperación de los nombres guaraníes de los lugares, renombramiento de lugares en lengua guaraní, uso oral y escrito de los toponimios, zoonimios, fitonimios y otras en la lengua propia del territorio.

 

·        Las políticas lingüísticas, deben a) llegar priorizar los ámbitos donde el nivel de uso de la lengua es más alejado de lo que se consideraría un nivel “normal”, este es el caso de las entidades estatales, centros de salud, mercados, medios de comunicación, etc.  b)  concentrarse en los ámbitos donde el efecto multiplicador de un aumento del uso del guaraní será mayor, tal es el caso de las comunidades, las organizaciones indígenas, las asambleas indígenas, las fiestas locales, las ceremonias religiosas, las reuniones familiares, etc.

 

Textuación y señalética

 

·        En los ámbitos comunitarios, los espacios públicos urbanos, la administración pública, comercio, mercados, etc.  ayudaría a elevar el prestigio de la lengua la señalética y la textuación de espacios en lengua guaraní.  Esto puede ser acordado con los municipios locales.

 

Rol de la escuela

 

·        El rol de la escuela debe ser complementario a la adquisición de la lengua en la familia y la comunidad. La escuela no es la base ni la principal responsable de la enseñanza de la lengua guaraní. Debe afianzar el conocimiento oral y escrito del guaraní.

 

 

 

 

Realización de otros estudios

 

·        Resulta urgente la realización de un estudio censal - participativo sobre el estado de la lengua guaraní para lograr una información más amplia y precisa.

·        Realizar un estudio socioeducativo para conocer el papel de la escuela formal y los programas de educación alternativa y no formal en el desarrollo de las competencias lingüísticas orales y escritas en la lengua guaraní.

·        Realizar un estudio sociolingüístico específico para determinar el grado de incidencia de los matrimonios interétnicos y su incidencia en el debilitamiento de la lengua guaraní.

 

 

Desde mi punto de vista y como investigador social y cultural puedo asegurar, sin temor a dudas, que el Chaco boliviano y particularmente la Cultura Guaraní, contiene un caudal­­­­­­ inmenso de saberes y conocimientos hasta ahora casi inexplorados, lo poco que hasta ahora se sabe sobre su naturaleza existencial en Bolivia se remonta a los primeros escritos etnográficos de Alfred Matraux y Herland Nordenskiöld, y algunos que otros exploradores esporádicos esparcidos por ahí, pero fueron estos dos los que mejor describieron a las sociedades existentes y gestantes del principio del siglo XX, sin descartar las obras misionales de Bernardino de Nino y Doroteo Giannecchini sobre los guaraní. A partir de ahí abundan estudios diversos sobre los guaranís, como si ellos fuesen los únicos estantes y vivientes del Chaco, entre los que citamos a Tierry Saignes, Jügen Riester, Isabelle Combés y los renombrados sacerdotes jesuitas como: Bartomeu Meliá, Xavier Albó, Francisco Pifarré, entre otros. ¿Pero sobre la sociedad chaqueña en su generalidad? Decir “muy poco” ya es demasiado, y si los hay no pasan de meras aproximaciones superfluas.

En la actualidad gozamos de contar en nuestro medio con importantísimos centros de formación académica: universidades indígenas y no indígenas, centro de formación docente, pero ¿Cuánto de la ciencia nuestra enseñamos en ellos como complemento de lo convencional? ¿Qué y cómo trabajan los jóvenes tesistas en sus proyectos investigativos? Lo mismo de hace un siglo. Los proyectos de tesis se han convertido en simples trabas a ser superadas para la obtención de títulos y en virtud de los esquemas preestablecidos, no como desafíos al aporte científico sino en términos de “cómo demuestro tal hipótesis a la luz de tal autor”, “cómo desecho tal teoría sobre la base de esta otra”, “¡Ah, evidentemente, este autor está en lo cierto porque lo he comprobado, aquí están los datos!”. Finalmente, como la elaboración de tesis se ha vuelto una cosa tan rayada, unísona y esquemáticamente predecible, da lo mismo pagarle a otro su elaboración o copiarse del internet en vez que perder el tiempo haciéndola, total lo que se te evalúa como técnica, metodología y marco teórico de referencia son los mismos de hace años, en última instancia, lo que importa es el título, no el aporte a la ciencia. A veces existen, como en las escuelas, estudiantes universitarios muy buenos, pero son los docentes que no les llenan las expectativas, tanto que terminan no asistiendo a clases u odiando la materia.

El problema entonces es, por un lado, estructural y, por el otro, actitudinal. Es estructural porque el sistema académico mismo posee graves falencias, eso lo sabemos, porque si al menos en las universidades aprendiéramos a hacer ciencia la historia actual sería otra. Es actitudinal porque, si no hemos sido dotados completamente de los instrumentos científicos en las universidades, al menos haremos el esfuerzo de aprender por cuenta propia las partes faltantes; de lo contrario no tendríamos a los Einstein, Freud y tantos otros grandes de la historia. La universidad nos da sólo una parte, el resto nos toca a nosotros.

Mientras tanto, nuestros pueblos seguirán esperando por nosotros, virgen, fértil y ausente de manoseos ajenos como su misma historia, lo cual es una gran ventaja. Las escuelas europeas y norteamericanas construyeron preceptos epistemológicos estudiando principalmente a las “otras” culturas, las nuestras, o comparando a las de las supuestas sociedades primitivas con las suyas, pero nosotros construiremos tal cosa estudiando en nosotros mismos lo que ellos no pudieron percibir en nuestro interior sociocultural. Estudiar la propia sociedad-cultura es la gran fortaleza que nos queda. Los gringos, por más expertos que sean, jamás podrán “achuntar” con lo que guardamos en nuestro interior. Estudiando primero lo nuestro podremos distinguir mejor lo ajeno para no replicar el colonialismo científico de los otros, porque seremos investigadores interculturales y propositores alternativos y constructores de la vida. La humanidad entera necesita de una ciencia integral, la realidad actual lo demuestra.  

 

 

La palabra o Ñee, es el instrumento mediante el cual el guaraní se permite manifestar en espíritu lo que realmente es en sus sagrados orígenes…

Elio Ortiz García – Investigador y artista de la palabra guaraní.

 

 

BIBLIOGRAFIA

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